
Ya han pasado 28 años y las tres figuras que alumbraron, impulsaron y animaron el Premio de Poesía Visual y Arte de Acción Joan Brossa de Vespella de Gaià. se despidieron de nosotros y ahora parece que haya pasado un siglo desde entonces. Cuesta seguir las huellas de este grandioso legado que dejaron, pero ellos demostraron que la poesía experimental y el arte de acción tienen un lenguaje universal y anidan con la misma facilidad en una metrópolis como en el más pequeño de los municipios.
Sin embargo este trocito de tierra, según Wikipedia tiene su propia historia: La primera referencia histórica del municipio data de 1167 cuando se hizo donación de esas tierras a Ponç de Far. En 1314 el rey Jaime II de Aragón vendió el castillo, hoy desaparecido, a Pere de Queralt. Esta familia conservó la señoría hasta 1390 cuando pasó a ser posesión de los condes de Barcelona. A finales del siglo XIV fue vendido a Pere d’Iscard y más tarde a los Desvalls quienes mantuvieron los derechos hasta el fin de las señorías.
… Y así, al fín de las señorías, pasaron por allí los tres protagonistas de nuestra historia y tal y como sucede en los cuentos, todo se transformó. Desde 1.993 hasta 1.999 este pequeño pueblecito de Tarragona, con apenas doscientos habitantes se convirtió durante estos años en el epicentro de la poesía visual y el arte de acción en España. El Milagro fué posible gracias a la conjunción de tres figuras del arte experimental: Rafael Bartolozzi (Alcalde Taumaturgo) Joan Brossa (Medium) y Bigas Luna, (El Gran Elucubrador). Pero es que además en torno a ellos se conformaba un equipo formidable compuesto por Joan Abelló, Carles Hac Mor, Esther Xargay, Xavier Canals, Bartolomé Ferrando… y un largo etcétera. Entre los premiados, por señalar algunos, Juan Carlos Romero, Joaquín Gómex, Antonio Gómez García, Nuría Fernández, Montse Batllé, Benet Rosell, Didac Lagarriga, Joan Simó, Xavier Sis, Francesc Xavier Forés, Eduard Escoffet, Guillermo Marín, … Durante varias ediciones el Taller del Sol participó en tareas de asesoramiento, en la difusión y en el jurado.

Como decía al principio, este periodo magnífico no está bien documentado y requiere un esfuerzo por parte de todos para conseguir que nuevas generaciones tengan constancia de ello.
César Reglero – Abril 2020 –