
NOTA PREVIA. Esta entrevista radiofónica celebrada en la Emisora Espacies (Revista de Cultura de los Infraordinario) fue publicada el 14 de enero del 2019. Su reedición es pertinente un año después, en enero del 2020 por cuanto el MideCiant se dispone a celebrar su 30 aniversario siendo estas donaciones de mail art las que van a constituir un punto central del mismo que se remata con una convocatoria realizada por desde su sede y que van a poner en conexión la historia pasada y presente del arte postal en una exposición conmemorativa en la UCLM.
César Reglero.- El Mail Art es el arte más democrático que existe. Con un simple sello, tú participas en la convocatoria, en una exposición, en un evento, en un experimento y es cierto…sin censura, sin jurado, sin selección…todos pueden ser artistas, o sea que son parámetros que rompen con todo lo establecido. El problema es cuando tienes que decidir entre comprar un sello o comerte un bocadillo, que es lo que pasa en África y en zonas de Asia. Entonces llega la paradoja de que siendo el arte más democrático del mundo, hay zonas del mundo que no llega al sello siquiera. Cuando ves un mapa de los participantes en una convocatoria de Mail Art, encuentras participantes de Europa, América del Norte y del Sur, pero luego zona de Asia y zona de África, no hay ni uno porque tienen que decidir entre comprar un sello o comprar un bocadillo, es algo a tener en cuenta.
El C1425 de Buenos Aires, el 28050 de Madrid o el 29007 de Málaga tienen en común que todos nos remiten a calles que se llaman Jorge Luis Borges. Allí quizá espere alguien la postal que trae la respuesta a la última frase dictada el maestro: “Norah, siempre pienso en ustedes y en el jardín desde el balcón”.
A través de estos rectángulos de cartón de nueve por trece centímetros a los que se llamaban postales podemos recomponer la vida cotidiana que los libros de historia dejaron fuera.
Recientemente tres de los principales autores y coleccionistas del Mail Art en España como son Ibirico, César Reglero y Salvador Benincasa, han donado sus colecciones particulares al CAAC (Colecciones y Archivos de Arte Contemporáneo) de la Universidad de Castilla-La Mancha ubicadas en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca. A la cita acuden acompañados del catedrático Procedimientos Gráficos de Expresión y Tecnologías de la Imagen y director de las CAAC, José Ramón Alcalá. También nos acompañó en esta conversación Beatriz Escribano, jefa de colecciones del MIDE y experta en Mail Art. Con ellos, hemos hablado de mail art tratando de reconstruir a través de él a una historia del arte diferente y heterodoxa.
Para ponernos en contexto: ¿En qué consiste esta colección, cúal es su importancia? ¿Cómo se integra esta colección de Mail Art en un museo Media Art?
José Ramón Alcalá.- Lo primero que hay que hacer es agradecerles muchísimo que hayan confiado en nosotros, en la Facultad de Bellas Artes, en un museo tan raro y específico como es el Museo Internacional de Electrografía de Cuenca. Se trata de una colección formada por tres colecciones al mismo tiempo, que de alguna manera cuentan la historia del Mail Art. El Mail Art es el arte postal, el Mail Art es una vanguardia artística, una serie de prácticas que surgen a mediados de los 50, cuando ya empieza a haber una cierta capacidad para mover, para multiplicar información, porque la idea es meter en sobres y mandar por correo postal a otros artistas nuestras creaciones.
Creaciones que de alguna manera también tendrán un regreso. Esta práctica intoxicó a muchos movimientos; es decir, esta práctica insufló ideas, innovación, insufló activismo a movimientos tan importantes de la mitad del siglo XX, como fueron el Arte Conceptual o el Fluxus, Happening, y también a otras técnicas como el Copy Art o el Fax Art.
Y ese patrimonio es el que en estos momentos tres artistas muy representativos de Mail Art, como son Ibirico, Valdor y César Reglero, recopilan y constituyen una colección que tiene un relato. Una colección que ha sido donada al Museo Internacional de Electrografía.
Beatriz Escribano.- Nosotros hacemos la continuación de la línea. Los primeros artistas que utilizaron la fotocopiadora fueron de hecho mail-artistas, para ayudar a multiplicar las obras y poder enviarlas.
Por eso para nosotros se trata de completar la línea histórica que estamos haciendo desde las primeras fotocopiadoras en blanco y negro hasta lo digital, y sobre todo a través de una tecnología que se está utilizando en los últimos años que es la Media Archeology, que trata de estudiar eso, lo que es la arqueología de los medios que estamos empleando ahora: fotocopiadora, faxes, etc.
¿Cúal es la pieza iniciática de vuestra colección?
Ibirico.- A raíz de estar aquí en Cuenca, precisamente en un taller de electrografía con Rubén Tortosa y con José Ramón; a partir de ahí me vino la idea de hacer un fanzine y de instituir la asociación de mail-artistas españoles. Contacté con los más importantes y empecé a editar un fanzine que fotocopiaba, pero que antes lo hacía prácticamente artesanal, pegando, haciendo una especie de collage. Y a partir de ahí, en ese fanzine se ponían todas las convocatorias, convocatorias de lo más loco. Luego seguí haciendo Mail Art.
Es muy interesante viendo el resto de artistas o el resto de conceptos de artistas, como el Mail Art tiene un componente colectivo de trabajo colectivo, no se entiende el arte individual
Valdor.- No, individual no. Yo puedo hacer una postal, me la guardo. No tiene sentido. En mi caso creo que nací postalero sin saber que existía el arte postal. Sin saberlo, porque yo a mis amistades, desde niño, siempre les dibuje postalitas por cumpleaños o celebraciones. ¿Por qué iba a comprar una postal de estas prefabricadas, pudiendo hacerla original? Y en Navidad lo sigo haciendo todavía, envío unas 220 postales, todas trabajadas con una base, pero cada una trabajada.
Reglero.- Cuando a través de otro colega descubrí un mundo de arte postal, fue precisamente una vez que participe en una actividad organizada por el amigo Ibirico y claro a partir de ahí me complique más.
¿Cual sería el futuro soñado de esta colección?
José Ramón Alcalá.- El futuro de esta colección es que haya un sitio en el mundo donde de manera institucional, existe un relato que ponga en valor y que sea capaz de difundir a través de los medios más capaces y eficientes de difusión, una actividad que es la manera de poner en funcionamiento muchos nuevos paradigmas del arte contemporáneo que surgen en la segunda mitad del siglo XX. Es decir hemos hablado de colectivización, hemos hablado de multiplicar la imagen, hemos hablado del “feedback”, hemos hablado de cosas que hoy son la base del arte actual, del arte digital, pero que hubo un previo que ya conceptualmente estaba preparado para ser hecho y hecho con lo que eran medios analógicos.
Esta colección debería de alguna manera, convertirse en algo más que una colección, es decir convertirse en el relato de esos archivos que construyen una historia, en base a un patrimonio real, un conocimiento sobre él y una estrategia de incorporación de inclusión y de contextualización en la historia del arte. Es decir, lo que vengo a explicar es que el valor que podía tener esta colección como otras que tiene el MIDE es rellenar las lagunas, que en la historia del arte contemporáneo sigue existiendo, porque la historia del arte, la cuentan los grandes museos. Sólo lo que está en los grandes museos, es lo que pasa y es llamado historia del arte. Entonces los grandes museos, van siempre muy atrás, porque para que algo esté en el museo, necesita que haya coleccionismo. Para que haya coleccionismo, necesita que haya deseo. Y que para que haya deseo, necesita que haya conocimiento. Hasta que este proceso no se produce, el museo no se interesa por ello. Hay mucho academicismo en los grandes museos de arte contemporáneo y hay prácticas que definen mucho mejor nuestra contemporaneidad, que por no tener todavía un relato, no están ocupando ese lugar en los museos que dicen que están hablando de nuestro tiempo.
¿Es un arte sincrónico y global?
César Reglero.- El Mail Art es el arte más democrático que existe. Con un simple sello, tú participas en la convocatoria, en una exposición, en un evento, en un experimento y es cierto…sin censura, sin jurado, sin selección…todos pueden ser artistas, o sea que son parámetros que rompen con todo lo establecido.
El problema es cuando tienes que decidir entre comprar un sello o comerte un bocadillo, que es lo que pasa en África y en zonas de Asia. Entonces llega la paradoja de que siendo el arte más democrático del mundo, hay zonas del mundo que no llega al sello siquiera. Cuando ves un mapa de los participantes en una convocatoria de Mail Art, encuentras participantes de Europa, América del Norte y del Sur, pero luego zona de Asia y zona de África, no hay ni uno porque tienen que decidir entre comprar un sello o comprar un bocadillo, es algo a tener en cuenta.
Valdor.- Según qué zona, por ejemplo el sur de Chile, existe una comunidad mapuche, todavía con toda la democracia en el mundo que puede haber, se controla lo que se manda.
¿El Mail Art tiene componente político?
Valdor.- No es obligado, pero digamos que esencialmente en Sudamérica sí. Allí lo hemos utilizado como defensa.
César Reglero.- Más que político, es voluntario. El Mail Art tiene una base que ya propicia la solidaridad, la colaboración, la defensa de la libertad de expresión, pero ya por su propia base, no porque la base diga que pertenecemos a esto, ni a la izquierda ni a la derecha, ni a nada.
¿Por qué no ha llegado a entrar en los canales comerciales, ni en las grandes colecciones?
Valdor.- Una de las bases que tratamos de mantener es que es anticomercial.
Ibirico.- Ha habido intentos. Galerías que han intentado vender Mail Art. Nos hemos negado rotundamente y además lo hemos denunciado, porque es un arte, digamos que tiene el valor, pero no un valor crediticio.
Valdor.- No he discutido con nadie, simplemente lo he quitado de mi lista. No está escrito en ningun lado pero está escrito en los corazones que evidentemente hay personas con un jerarquía artística excelente, pero que no. Dedicate a vivir del arte, pero de otra cosa, no del Mail Art.

P.- ¿Pero eso supone el amateurismo del artista?
Reglero.- No es un arte de amateur, es un arte total, es la idea de toda disciplina artística, el concepto de todos son artistas, porque no hay selección de jurado, no hay dinero.
Ibírico.- De hecho hay muchos artistas que hacemos Mail Art, pero después tenemos una trayectoria como artistas. Yo hago exposiciones de pintura y vendo. También hago grabado y poesía visual. Una cosa no está reñida con la otra.
Reglero.- El Mail Art está considerado el movimiento masivo de arte más grande de toda la historia. Por eso, hay que preguntarse por qué después de sesenta años sigue siendo el movimento de arte más masivo. Algo tiene. El corazoncito. El sentimiento.
Además tiene una peculiaridad muy interesante que es que resulta que cuando no hay selección, ni jurado, ni dinero, ni institución, entonces te queda la creación en estado puro. Cuando estás pendiente de un mercado y pendiente de una obra, tú te atienes a lo que se compra. Es una gozada el quitarte todo ese lastre de encima y hacer lo que te dé la gana, en el formato que te dé la gana y en el soporte que te dé la gana. Eso tiene mucho que ver con que siga siendo masivo después de 60 años
.P.- ¿Existen estilos y corrientes dentro del Mail Art?
Valdor.- Cada uno tiene una línea general y una forma de ser. Las técnicas son libres. No hay estilos obligados para nadie.
P.- ¿Cuántas piezas forman la colección donada?
César Reglero.- Cinco mil originales, con una característica que es que en el mundo del Mail Art hay muchas ramificaciones. Obras originales dentro de libros, fanzines, colecciones, variaciones.
José Ramón Alcalá.- La electrografía para el Mail Art es una forma técnica, totalmente inédita que va a permitir hacer algo radical, underground y revolucionario. Es decir vamos a poder poner la obra de arte, en un soporte basura, que sea capaz de ser metido en un sobre y que cuando llegue a destino se despliegue y siga siendo una obra de arte. En segundo lugar, como se va a reproducir tantas veces, de entrada no va a poder tener valor, porque va a ser reproducible, infinitamente.
Entonces ya estamos entrando en una serie de características que es a lo que al Museo Internacional de Electrografía (MIDE) le interesa del Mail Art. El museo atiende a las técnicas electrográficas porque son instrumentos, son técnicas, son procesos que en el fondo son conceptualizaciones, de la manera en la que va a haber un nuevo arte. Y ese nuevo arte va a cambiar los paradigmas del arte de siempre. Entonces el arte de siempre ha sido caro, ha sido único, ha estado firmado, ha sido de autoría, ha estado en soportes nobles, ha estado colgado en las paredes de los museos.
Gracias a estos procesos electromecanicos y luego digitales, el arte se va a poder hacer de una manera completamente diferente. Es decir, multiple hasta el infinito, con autoría multiplicada, o sin autoría, en soportes que se pueden arrugar y meter en el bolsillo, que no hace falta colgar en una pared, que pueden llegar a cinco mil personas al mismo tiempo, y esa es la conexión. Lo que el museo de electrografía agradece al Mail Art, es que entra de repente un movimiento activista, que ha sabido dinamitar ese proceso. El mail como idea de convocatoria, no está sino oponiendo a las bases de lo que hoy son las convocatorias por internet. Cuando la gente hace el movimiento #MeToo o cuando la gente hace una quedada a través del movil y tres mil personas quedan en una plaza, esta idea ya estaba fundada en el mundo analógico por el Mail Art. Es la misma idea. Por eso es tan importante que mis alumnos que están ideando ser activistas a través de internet, a través de las redes sociales, a través del mundo digital y de la sociedad digital en la que viven, comprendan que habido artistas que antes de existir estos medios que ya han conseguido llevar a máximos la idea. La necesidad estaba creada y la estrategia estaba puesta en funcionamiento. Eso era el Mail Art.
Entrevista realizada por: Elena Muñoz, Inés Villodre y Jose An. Montero / Fotos: Alex Basha
Ibírico, Reglero, Valdor y Alcalá: «El Mail Art es el arte más democrático. Con un simple sello, puedes participar»
